martes, 23 de agosto de 2011

HOWL

En 1956 el norteamericano Allen Gingsberg pública uno de los poemas más emblemáticos de la literatura del siglo XX, se trata de una obra de una belleza inigualable en su tejido estructural y en la orfebrería de sus palabras, es también un manifiesto que habla de horrores, de alucinaciones, de devastación y de guerras, de muerte, hule a sexo y cannabis, es violento y agresivo pero se cimenta en el amor ( según sea vea es la primera o la segunda obra más importante de la llamada literatura beat, pues el otro lugar lo ocuparía el libro On The Road de Jack Kerouack) se trata de: “Howl and other poems - Aullido y otro poemas”.

Vale decir que la literatura beat no fue precisamente un movimiento literario, mas bien se trata de un momento entre los años 50 y 60 en el que coincidieron y se publicaron distintos autores y sus textos. El término devino del argot del jazz y además de aludir al ritmo de la música, también connotaba el golpeteo que había dejado la segunda guerra mundial, aludía al engaño del sueño americano.

El jazz inspiro a jóvenes como Gingsber un fraseo único, una musicalidad llevada al terreno de la literatura que dio grandes frutos como las obras ya citadas, pero el camino no fue nada fácil.

El encargado de difundir gran parte de este tipo de literatura es nada menos que el editor y también poeta Lawrence Ferlinghetti en su editorial City Lights, este personaje fue llevado a un proceso de juicio, en pocas palabras se le acusó de publicar obscenidades. Sin embargo después de un largo proceso se llego a la conclusión de que Howl, no solo no tenía que ver en nada con ninguna obscenidad, sino que además representaba una obra de grandes alcances literarios, a la altura del Quijote o cualquier gran obra clásica – sí a ese grado-.

El poema esta dividido en 4 partes que forman un gran todo. Ha sobrevivido ya más de 50 años en el tiempo y sigue teniendo una presencia y una fuerza incomparable, es el retrato de una generación pero también es una visión universal, futurista,

“¡Moloch cuya mente es pura maquinaria! ¡Moloch cuya sangre es el fluir del dinero! ¡Moloch cuyos dedos son diez ejércitos! ¡Moloch cuyo pecho es una dinamo caníbal! ¡Moloch cuyo oído es una humeante tumba!”

Con Howl, Allen Gingsberg contribuyo nada menos que al naciemeinto de la contracultura y, lo cual me lleva a hablar ahora de algo que sin duda se convertirá con el tiempo en una de esas peliculas de culto.

Durante 2010 ROB EPSTEIN y JEFFREY FRIEDMAN, destacados documentalistas, realizaron con gran acierto la proeza de trasladar y representar en cine dicho poema. La cinta es protagonizada por James Franco, quien es el encargado de encarnar al buen Allen, por supuesto lleva el acorde titulo de HOWL.

La cinta es una joya perfectamente labrada, se divide en cuatro partes y para ello se vale de forma excelente de los recursos del documental y de la ficción.

Mediante esas cuatro partes acudimos a episodios clave en la historia detrás de “Aullido”, por un lado aparece la magnifica recreación de la legendaria e incendiaria lectura que Allen Gingsberg realizó con su poema en una galería de Los Ángeles, momentos que se enlazan a su vez con el juicio al que fue sometido el editor Lawrence Ferlinghetti, en el cual el tema de la importancia Literaria de “Aullido” así como de la literatura toda, gana importancia.

Las otras dos partes están compuestas por segmentos que recrean pasajes de la vida de Allen Gingsberg, lo que por supuesto lleva a hablar de forma concisa y acertada de su relación personal y literaria con los demás integrantes de la llamada “Generación Beat”. La película por supuesto tenía que ser alucinante, excitante, una montaña rusa de emociones que nos lleva através de los pasajes del poema, esta parte de la cinta esta constituida por magnificas animaciones inspiradas por los momentos mas delirantes del poema.

James Franco hace un excelente papel protagónico y es respaldado por el buen desempeño de todo el elenco. Los recursos documentales aportan materiales fotográficos tanto de Gingsberg como de otros poetas de la época. Una magnifica alegoría cinematográfica que vuelve aguijonear la hoguera del Aullido de Gingsberg .


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