La revista Spin público recientemente una lista de libros recomendados, no sé sí lleguen a nuestro país estos libros pero al menos las portadas son interesantes.
The Art of British Rock: 50 Years of Rock Posters, Flyers, and Handbills by Mike Evans
Joy Division by Kevin Cummins
Mozipedia: The Encyclopedia of Morrissey and the Smiths by Simon Goddard
Touch and Go: The Complete Hardcore Punk Zine, '79-'83 by Tesco Vee and Dave Stimson
Girls to the Front: The True Story of the Riot Grrrl Revolution by Sara Marcus
The Big Payback: The History of the Business of Hip-Hop by Dan Charnas
Reefer Movie Madness: The Ultimate Stoner Film Guide by Shirley Halperin and Steve Bloom
En el marco de los festejos del bicentenario de la independencia y el centenario de la revolución sí algo quedo fuera de foco entre la parafernalia de luces multicolores y actos mediáticos fue justamente la historia, de que nos sirvió un coloso en pleno Zócalo del Distrito Federal cuando los héroes de carne y hueso se han ido diluyendo en la memoria al igual que sus consignas de lucha, de igualdad y de progreso.
Que reflexión generaron las ficciones que llegaron a las pantallas de cine, (donde la mejor librada fue “El infierno” y no por hablar de la historia, sino por retratar la violencia actual). Dentro de las producciones apoyadas por la Comisión del Bicentenario hay otras que deberían de estar en la cartelera de todas las salas cinematográficas del país, ese es el caso del documental “Cámara Casasola” segundo largometraje del realizador Carlos Rodrigo Montes de Oca Rojo.
Un filme que nos acerca no solo al contexto de la revolución, sino también a uno de los acervos fotográficos mas importantes ya no de México sino del mundo entero: el archivo creado por los hermanos Víctor y Miguel Casasola.
En este documental asistimos a la creación del discurso histórico y por ende a la apropiación de nuestra identidad como mexicanos a través del proceso de aprendizaje que nos es otorgado en las escuelas, niños de diversas clases sociales y de distintos estados de la Republica nos narran lo que para ellos resulta ser mexicano hoy en día, también ante la cámara las paginas de la historia se van sucediendo y vemos como lentamente esa idea de “Revolución” va desapareciendo, pues los verdaderos hechos, retratados justamente por los ya mencionados Casasola van siendo sustituidos por ilustraciones que solo dejan ver personajes sin fondo, despojados de su contexto.
Con una edición y montaje audaz el realizador pone de manifiesto la importancia y astucia de todos los fotógrafos que retrataron la época de la revolución, desde las batallas y personajes clave como Zapata, Villa, Obregón, etc, hasta los actos mas cotidianos, las pulquerías, las soldaderas, los niños, los muertos, el pueblo, así como la visión que tuvo Víctor Casasola como precursor del fotoperiodismo y empresario además de su preocupación por la persistencia de la historia a través de la lente.
La Cámara Casasola recorre y toma como locaciones sitios clave del país, ya donde hubo batallas o bien donde nacieron los protagonistas de dicho movimiento y mas preguntas saltan por la pantalla (o debería decir: por la cámara) ¿cómo es posible que el museo de Chinameca este en ruinas y tanta lana se gasto en las fiestas del bicentenario?. Como realizador Montes de Oca Rojo sabe que la mejor prueba y aliado para su trabajo es el tiempo, así como hoy él recurre a un archivo fotográfico, su documental guarda ya la remembranza de dicho acervo y contribuye a la memoria visual e histórica del país.
Para ser honestos la primera vez que oí hablar de Mark Ronson fue hace tres años aproximadamente, en ese entonces había publicado un álbum de nombre “Versión”, en el se atrevía a tomar piezas del rock británico contemporáneo, desmembrándolas totalmente conseguía entregarnos finas y atrayentes remezclas de clásicas bandas como los Smiths, Radiohead, Coldplay, Kasabian, Maximo Park, entre algunas otras.
Con ese antecedente en los oídos y atraído por lo pegajoso del sencillo “the bike song” me dispuse por completo a la escucha de “Record Collection”, la más reciente producción de este músico, productor y dj. Bang Bang Bang primer track sentencia de inmediato la tónica y marca el buen rumbo de lo que bendrá, un álbum repleto de buenas colaboraciones, desde MNDR, Q-Tip, Ghostface Killah, Andrew Wyatt, hasta los mismos Simon Le Bon de Duran Duran o Boy George de Culture Club.
Ronson quien por cierto ya se ha hecho acreedor a un par de brit awards, uno como productor del año y otro en la categoría de mejor artista masculino, es un gustoso del hip hop, si primer álbum publicado en 2003 estuvo orientado en esa vertiente y sigue siendo una beta que explora en varios temas del Record Collection.
Un gran acierto fue traer de regreso a Boy George para lograr un tema que será la delicia de cualquier pista de baile y luces multicolores, George participa en el track cuatro poniendo su voz a “somebody to love me”, en el álbum también caben 3 excelentes piezas instrumentales.
Record Collection es un disco disfrutable de principio a fin, todas las canciones poseen una buena manufactura, Ronson hace lucir a sus invitados, les pone el fondo adecuado para que ellos se desenvuelvan a la perfección, el ya referido Le Bon canta en el track que da titulo al disco. Rose Elionor (una ex pippets) aparece en varias de las piezas y es la encargada de cerrar el álbum de forma elegante y sensual a la vez que cadenciosa. Me es difícil pronunciarme por una sola canción pues curiosamente cada uno de los temas posee la calidad de ser sencillo y también la cualidad de ser un hit potencial.
Recientemente hablé de lo mal producido que estuvo el tributo a Caifanes-Jaguares: Nos vamos juntos. En esta ocasión he tenido que luchar contra mi propio ego, pensaba guardarme el agasajo que resultó escuchar el disco: Brindando a José Alfredo Jiménez.
Este álbum es una iniciativa de dos españoles, la cantante Mariona Upi y el músico Carlos Ann, viejo lobo de mar en cuanto a música se refiere. Hace tiempo que estaba detrás de este disco pues se editó en junio de 2010, al escucharlo y después de reevaluar la forma de su distribución (podía descargarse de forma ¡gratuita! desde titererecords.com la casa disquera de Carlos Ann) me quedó perfectamente claro que los últimos tributos gestionados en nuestro país no han sido mas que un esfuerzo vano y sobre todo mercantil. Creo que el más digno fue el de José José.
En 2003 se cumplieron 30 años de la muerte de José Alfredo y se realizó un álbum tributo pretendiéndose colgar de la moda aquella de lanzar esta clase de discos con el único fin de obtener dinero. La de Carlos Ann y compañía es una verdadera apuesta y propuesta, aquí hasta Bumbury suena mas comodo con “el hijo del pueblo”, un discazo que hace palidecer al bodrio que resulto el disco: bimexicano. Andrés Calamaro se despacha “te solté la rienda”, Liber Teran ex vocalista de los de abajo se ejecuta “el coyote”, Monocordio hace completamente suya y por ende cahcondísima esa letanía de “deja que salga la luna”, el maestrazo Javier Corcobado se atreve con “el rey” y realiza un excelente tema, los twin tones (los nuevos lobos) transforman “guitarras de media noche” en un tremendo rockabilly, Bruno Galindo convierte en una hermosa leyenda el tema de “el jinete”, Carlos Ann le imprime excelentes riffs a la canción el “cantinero” y consigue transportarnos a una locación del viejo oeste en la que estaría por llevarse acabo un duelo después de una disputa en la taberna.
Un disco que incluye a músicos mexicanos y españoles que se comportan a la altura adecuada para cantar un tema del rey José Alfredo, se tiran al ruedo y salen bien librados.
La fundación Warchild http://www.warchild.org.uk se pone nuevamente las pilas y lanza un recopilatorio, en este caso un disco tributo a David Bowie, los fondos obtenidos son usados por la organización para financiar programas de ayuda humanitaria.
nos regalan un tema de este disco que bien vale la pena.