En la vida y el stablishment (siempre contradictorios), nada mejor para la industria del consumo, para el fanatismo y para aquellos que siempre buscan algún pretexto insano con el cual envestir contra la música, el arte o el pensamiento subversivo, que un ídolo o figura joven que muere de forma inexplicable o trágica.
Por un lado dicha noción ayuda a mantener la idea de juventud –te venderán todo lo posible para que siempre te veas así- y desenfreno –los moralistas dirán no te portes así-, en contraparte en la mayoría de los casos se ha casi satanizado o descalificado a las figuras que después son laureadas.
Amy Winehouse ha muerto y se ha unido al llamado “club de los 27”, al momento en que tecleo esto (en mi maquina clark nova) los tabloides dan cuenta de que el cuerpo de la ahora llamada Reyna del Soul ha sido depositado en el cementerio Edgwarebury de Londres, sus discos se han disparado en cuanto a ventas y casi todo mundo no duda en hacer un elogio, la autopsia no arrojo datos certeros y los estudios toxicológicos complementarios serán conocidos con posterioridad. Todos estos elementos revisten (o así se quiere hacer) con un aura especial el fallecimiento de la cantante, no faltara quizá por ahí el rumor de otra muerte fingida.
Junto a la muerte de una figura joven siempre se desencadenara el pensar: ¿qué habría pasado si siguiera vivo(@)?. Se volverán a aplaudir los que antes denostaban. Lo que Amy Winehouse tenía además de sus fuertes adicciones era una carrera prometedora, solo grabo dos discos: Frank de 2003 y Back to Black de 2006, este ultimo ganador de 5 grammys, en parte gracias a la producción de Mark Ronson.
Especulando quizá lo que mas la abrumaba era el hecho de superarse creativamente a sí misma (también son magnificas las historias de músicos que resurgen de las cenizas), esto hace que ahora ella se enfrente a la difícil prueba del añejo, sí su obra es bastante sólida sobrevivirá al paso del tiempo compartiendo los laureles junto a los demás nombres del piso 27…
Ahí, en el piso 27 se encuentran también otros nombres ilustres del arte. Casualidades, destinos o azares, han reunido a un grupo de artistas que han muerto cuando llegan a tal edad, todos ellos jóvenes con carreras prometedoras y con grandes aportaciones echas en su trayectoria por este mundo, aunado a todo ello sus decesos están revestidos por una estela misteriosa.
El primer antecedente en el casillero 27 esta puesto sobre el fallecimiento del guitarrista de blues Robert Johnson, se convertiría después de su partida en un músico de culto pues solo dejo un par de grabaciones registradas entre 1936 y 37, de él también se dice que después de ser un guitarrista poco avezado, obtuvo una gran técnica de ejecución por un supuesto pacto con el diablo obtenido en un cruce de caminos. Murió en 1938.
La línea de bajo que se esconde como columna vertebral de los primeros discos de los Rolling Stones (under my thumb es un buen ejemplo) se le debe al músico Brian Jones que un 3 de julio de 1969 fue encontrado muerto, flotando en su piscina quedo el hombre, la causa se atribuye al alcohol y alguna droga, sin embargo también existe la noción de que pudo haber sido asesinado por un empleado que se encontraba trabajando en su residencia, sobre Jones y su muerte se realizó la película Stoned de 2005.
Jimmy Hendrix, amo y leyenda indiscutible de la guitarra fue encontrado muerto el 18 de septiembre de 1980 también cuando contaba con 27 años, un coctelito de alcohol y pastillas se estableció como la causa del fallecimiento, sin embargo también cabe la teoría de que sería el manager quien indujo su muerte pues había un jugoso seguro de vida que cobrar. Hendrix estadounidense de origen murió en Londres, los gabachos no le agarraban la onda y busco otras latitudes para mostrar su talento.
Poco tiempo después de la partida de Hendrix el mundo de la música lamentaría el fallecimiento de una de las féminas mas importantes del rock, una extraordinaria voz y un carisma sin igual era el que poseía Janis Joplin(1943-1970). En 1994 Kurt Cobain se uniría a este grupo de jóvenes artistas que partieron en la cúspide de su carrera. Igual de míticas son las historias del vocalista de los Manic Street Preachers que simplemente desapareció de la noche a la mañana, en el mismo piso 27 se encuentran también Jim Morrison magnifico frontman de los Doors y el prodigioso pintor Jan Michel Basquiat. Factor común en todos: no los 27, no la muerte, sí grandes artistas.
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